Mi nombre es Lucía, tengo 23 años y llevo montando a caballo desde que tengo uso de razón. La equitación no solo es mi pasión, es mi forma de vida. A lo largo de los años, he hecho de la doma clásica mi camino, mi lenguaje y mi motor. Una disciplina exigente y elegante que me enseña cada día el valor del equilibrio, la paciencia y el respeto mutuo entre amazona y caballo.

Compaginar mis estudios universitarios con la creación de mi propia escuela fue un desafío, pero también una decisión valiente que me ha permitido crecer personal y profesionalmente. Hoy, cuatro años después, puedo decir con orgullo que convertí mi vocación en un proyecto de vida.

Actualmente compito en la categoría U25 con EFÍMERO, un caballo con el que comparto una conexión profunda y una evolución constante. Juntos entrenamos cada día con esfuerzo y dedicación para seguir creciendo en la pista, disfrutando del camino sin perder de vista la excelencia técnica.

Además, estoy formando a VIVA MORA, una potra joven en la que tengo puestas grandes esperanzas. Su energía, nobleza y talento natural prometen un futuro brillante, y estoy convencida de que viviremos grandes momentos juntas.

Para mí, la doma clásica es una forma de expresión, donde cada movimiento cuenta y cada detalle marca la diferencia. Como amazona, apuesto por una equitación consciente, basada en la técnica, el respeto al caballo y una formación continua. Esa misma filosofía es la que aplico en mi enseñanza, y la que me acompaña en cada pista que piso.